¿Cuándo empiezas a trabajar en COGAMI y concretamente en el SIL?
Empecé en 2000 en el Servicio de Orientación e Intermediación Laboral que tenemos en Lugo durante cinco años, luego fui para la oficina de A Coruña durante dos años y en 2007 vine para Santiago para llevar las zonas de Barbanza y Noia.
¿Cómo definirías tu trabajo brevemente?
Ayudar a las personas, tanto desempleadas como aquellas que están en la mejora de empleo, a conseguir la meta de encontrar un puesto de trabajo, potenciar su perfil profesional a través de itinerarios formativos encaminados a la mejora de su empleabilidad y reciclaje profesional, así como desarrollar competencias para facilitar su inserción laboral.
¿Cómo fue evolucionando durante estos años la visión de la discapacidad en las zonas rurales en las que trabajas. ¿Qué cambios aprecias?
Responder a esta pregunta conlleva a diferenciar entre las personas con discapacidad y el tejido empresarial. Con respecto al grupo social de las personas con discapacidad, a principios de 2000 había una concepción por parte de las familias, principalmente en las áreas rurales, muy asistencial, centradas en alcanzar una pensión no contributiva y que la persona colaborara en las tareas del hogar. Este modelo social frenó durante muchos años el desarrollo tanto personal como social y profesional de nuestro grupo social. En este punto cabe destacar la gran labor que llevó a cabo el movimiento asociativo, apoyado en los servicios sociales del campo local, de trabajo directo con las familias, para que se produjera el cambio de modelo que tenemos.
A día de hoy podemos subrayar que las personas con discapacidad dieron un paso al frente a la hora de afrontar la búsqueda activa de empleo. Asume que la formación es una herramienta muy útil para la mejora de su empleabilidad y se inscribe en los diferentes servicios de intermediación laboral y, sobre todo, afianza la confianza en sus capacidades a la hora de desempeñar un trabajo.
Con respecto al tejido empresarial, el cambio es muy sustancial. Aún queda camino por recorrer pero, se pasó de relacionar a las personas trabajadoras con discapacidad con el absentismo laboral y la baja productividad a incorporarlas en las empresas y en los procesos de reclutamiento como el resto de personas trabajadoras. A mi entender, este cambio viene promovido por factores diversos como: el cambio generacional en las áreas de Recursos Humanos que fomentan la igualdad de oportunidades; la diversidad y el talento de las personas; el refuerzo de la responsabilidad social corporativa como valor añadido de las empresas y, por supuesto, el trabajo de sensibilización llevado a cabo por las entidades representativas de la discapacidad.
¿Qué quedaría por mejorar?
Respeto a las áreas rurales que son de las que me encargo yo en la comarca de Barbanza, destacaría la necesidad de mejorar el transporte público porque esto permitiría la muchas personas usuarias que no disponen de carné de conducir ampliar el ámbito geográfico de base. También es preciso mejorar la oferta formativa adaptándola a las necesidades del tejido empresarial de la zona y a los nuevos yacimientos de empleo.
Reforzar la colaboración con las empresas, potenciar la formación a la carta en función de las necesidades y demanda de perfiles profesionales; controlar que las empresas de más de 50 personas trabajadoras cumplan la Ley de contratar a personas con discapacidad, optimizar el acceso a Internet y que las administraciones locales se impliquen más, son otros de mis propuestas de mejora para una mejora en la inclusión.
Otras medidas muy importantes son contratación pública o externalización de servicios a centros especiales de empleo porque generarían mayor contratación, adoptar medidas de conciliación que favorezcan la incorporación de la mujer con discapacidad al empleo y potenciar la creación de entornos inclusivos y accesibles en las empresas.
En este tiempo de trabajo en la zona, ¿qué momento definirías como satisfactorio para ti?
Siempre que por la labor de la intermediación laboral con una empresa, se consigue que haya una inserción laboral de una persona que está apuntada en nuestra bolsa de trabajo. Otros momentos destacables es cuando les damos respuesta a sus necesidades formativas, cuando le resolvemos las consultas que nos remiten, por ejemplo.
¿Qué necesidades presenta una persona cuando contacta con el servicio de empleo de COGAMI? ¿Por que acuden a nosotros?
Por lo general, contactan porque están en búsqueda de empleo, buscan mejorar su cualificación profesional a través de formación, solicitan orientación laboral, información sobre las prestaciones que les aporta el haber reconocido el 33% de discapacidad, por ejemplo, y, cuando tienen el certificado de incapacidad laboral que concede la seguridad social, acuden con muchas dudas e inquietudes sobre la posible vuelta al trabajo.
Con respecto a por qué acuden a COGAMI, en mi opinión, es por el buen hacer de la entidad a lo largo de los más de treinta años de experiencia de nuestra Organización en la defensa de los intereses y apostando por la inclusión social de las personas con discapacidad.
¿La gente de la zona queda en la comarca o tiene que salir a otras con más posibilidades de inserción?
Subrayar que aquí la respuesta depende de la comarca y del tejido empresarial de la misma. En mi caso, trabajo en comarcas donde muchas personas usuarias presentan esa flexibilidad para valorar ofertas de trabajo en otras zonas geográficas, siempre que las condiciones laborales sean satisfactorias.
¿Cuáles, en tu opinión, son las nuevas necesidades de las empresas?
Por supuesto que, después de treinta años, cambiaron las necesidades de las empresas para cubrir puestos de trabajo. Las cadenas de producción se modernizaron, implementaron nuevas tecnologías y surgieron nuevos yacimientos de empleo que crearon nuevas empresas que precisan de perfiles profesionales muy especializados.
Con respecto a las demandas de empleo tradicionales, acceder a ellas requiere de un proceso de actualización en el manejo de competencias digitales, uso de las TIC y el afianzamiento y dominio de determinadas competencias profesionales como el trabajo en equipo, la capacidad de adaptación a los cambios, la mejora de la comunicación, la flexibilidad e iniciativa, por ejemplo.
¿Qué anécdotas puedes contarnos de tu trayectoria profesional?
Muchas, claro. Alguna de las que me viene a la cabeza es la de un usuario que me envió su currículo con una foto en la que se ve que va conduciendo y en el fondo aparece la suya hacia través del espejo retrovisor.
¿Qué cualidades destacarías de un profesional de la orientación laboral?
Empatía, actitud de servicio, adaptación al cambio, escucha activa, iniciativa, trabajo en equipo, conocimiento del entorno y saber el correcto uso de las TIC.
Para finalizar, tu trabajo sale redondo cuando...
Consigo una inserción laboral que conlleva una mejora de su inclusión social de la persona usuaria.